Category: Noticias Frenos

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El ABS tal vez sea el sistema de seguridad activa que más situaciones de riesgo haya evitado a la mayoría de los conductores, garantizando en todo momento la capacidad de gobierno sobre la dirección durante una frenada y, gracias a su perfeccionamiento, reduciendo la distancia de frenado.

 

Sistema Anti Bloqueo de frenos, así de sencillo suena en español el significado de estas tres siglas inglesas que hacen referencia a uno de los mayores avances en seguridad activa (la destinada a reducir la probabilidad de tener un accidente) en el automóvil.

La finalidad principal del equipo de frenos de un vehículo es reducir la velocidad a la que se desplaza y, por lo tanto, hacer que las ruedas dejen de dar vueltas. Sin embargo, debido a la inercia es posible que nuestro coche siga en movimiento aunque las ruedas estén completamente paradas.  Esto tiene un inconveniente muy importante y es que si las ruedas no giran, pero el coche sigue moviéndose, lo hace sin control sobre la trayectoria que queramos realizar.

 

Si en una frenada bloqueamos las ruedas delanteras, no tendremos gobierno sobre la dirección. Por más que giremos el volante a un lado o a otro, no seremos capaces de dirigirnos hacia donde queramos (esquivar el peatón que nos sorprende, el coche que se salta el cruce, etc.). El vehículo seguirá la trayectoria que la inercia le marque en ese momento. Puede continuar recto, girar hacia el lado donde el asfalto esté en mejores condiciones, hacia el interior del peralte de la curva, etc.…

Quedarnos sin dirección es una de las mayores pesadillas que nos pueden sorprender mientras conducimos. Para evitar este inconveniente y así aumentar la seguridad activa de los automóviles, se empezaron a desarrollar distintos sistemas anti bloqueo para garantizar que pudiéramos dirigir nosotros la trayectoria de nuestro coche.

En los años 60 eran meramente mecánicos, desde finales de los 70 y durante todos los 80 se desarrollaron los sistemas electrónicos, de forma que a partir de los años 90 ya la mayoría de los automóviles lo instalaban de serie. Afortunadamente, hoy en día todos los coches que se matriculen deben instalarlo y cada vez son menos los vehículos que ruedan por nuestras carreteras sin ABS.

 

¿Cómo funciona el ABS?

Bien, la idea es muy sencilla. Cuando pisamos el pedal del freno, lo que hacemos es empujar un líquido. Como éstos no se comprimen, transmitimos esa presión a los frenos de las ruedas.  Si las ruedas se bloquean, basta con levantar un poco el pie del freno para que vuelvan a girar.

Ya tenemos el principio de funcionamiento: quitarle presión al líquido que comprimimos con el pedal, aunque el conductor no levante el pie. Para ello se intercalan unos grifos en  el circuito de frenos (electroválvulas) que al recibir una señal eléctrica desde la centralita del ABS, abren el paso de líquido a un canal distinto del de la rueda, de forma que el freno de esa rueda se libera.

Hemos nombrado a dos elementos del ABS: La centralita, que es el cerebro del sistema, y las electroválvulas, que son las que abriéndose y cerrándose aprietan o aflojan la presión del freno en cada rueda.  La unidad de mando tiene que saber cuándo debe abrir o cerrar las válvulas y, para tomar esa decisión, necesita que unos sensores le digan si las ruedas están girando o no. Ya tenemos todos los componentes del sistema ABS, que son:

 

  1. Unidad de mando.
  2. Electroválvulas (suelen ir montadas en una unidad compacta llamada grupo hidráulico).
  3. Sensores de giro en las ruedas.

¿Cómo toma las decisiones el ABS?

En todo momento la unidad de mando recibe información de la velocidad de giro de cada una de las ruedas.  En el instante en el que la velocidad de una de ellas es menor que la de las demás, esto significa que está bloqueada o a punto de hacerlo, lo cual hace que la unidad de mando dé la orden de quitar presión al freno de esa rueda para igualar su velocidad de giro con la de las demás.

 

¿Qué nota el conductor cuando frena con ABS?

En condiciones normales no notamos nada en absoluto, sólo cuando tienen que trabajar las electroválvulas sentimos una vibración en el pedal de freno que es provocada por el retorno del líquido al liberar presión la electroválvula correspondiente.

 

¿Cómo debo frenar con ABS?

Pues exactamente igual que en un coche sin ABS. La única diferencia es en el caso de una frenada extrema o de emergencia. En un coche sin ABS debemos pisar el pedal a fondo, soltar un poco el pedal para girar el volante y esquivar el obstáculo, y volver a pisar una vez superada la esquiva.  En un automóvil con ABS simplemente debemos pisar a fondo el freno y el embrague y dejar que el sistema trabaje durante toda la frenada. Un coche con ABS nos va a permitir esquivar el obstáculo mientras frenamos con todas nuestras fuerzas (siempre dentro de los límites de la física, claro). Debemos pisar el pedal de embrague para evitar que se nos cale el motor.  Con él apagado no podremos volver a nuestro carril tras una esquiva, ni la dirección asistida trabajará.

 

¿Qué mantenimiento tiene el ABS?

Para ahorrar peso, tamaño y precio, las electroválvulas y la unidad de mando se montan en un conjunto compacto.

Lo más importante es cambiar el líquido de frenos según el programa de mantenimiento del fabricante (normalmente, 2 años). Éste es un fluido que tiene la particularidad de absorber el agua de la humedad del aire. Esto hace que poco a poco contenga más agua, lo cual baja su punto de ebullición (hierve antes) y además estropea las electroválvulas, gomas etc.

En los sistemas más modernos, en lugar de una corona dentada, se emplean rodamientos polarizados en el buje. Son más precisos, pero también más delicados, ya que el calor extremo si abusamos del freno o fuertes vibraciones pueden reducir la eficacia de los imanes.

Lo mejor de todo es que además, el ABS es la base de muchos otros sistemas que se sirven de sus sensores para tomar decisiones. Añadiendo elementos como en un mecano, podemos  convertir el ABS en un control de traccióncontrol de estabilidad, etc. De ellos hablaremos en futuras entregas.

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Mantenimiento y sustitución periódica         

El sistema de frenos es uno de los principales elementos de seguridad activa del vehículo. Entre sus distintos componentes, los materiales de fricción como los discos y las pastillas requieren un mantenimiento y sustitución periódica ya que están sujetos a desgaste.

Para que el sistema de frenos funcione siempre de forma adecuada, es necesario mantener los discos y las pastillas en perfectas condiciones. De hecho, con cada frenada, la fricción provoca un consumo de material, tanto por parte de las pastillas como del disco.
Para no perjudicar el funcionamiento correcto del sistema de frenos, cuando se alcanza un determinado límite de desgaste se deben sustituir los discos y las pastillas de freno.

En los discos viene indicado el espesor mínimo de la banda de frenado (Mín TH), mientras que las pastillas de freno están dotadas normalmente de un indicador de desgaste que señala el momento de la sustitución.

Cuándo sustituir los discos y las pastillas

Se recomienda controlar los frenos cada 15.000/20.000 kilómetros, si bien deberá realizarse inmediatamente cuando se produzcan vibraciones. Las principales señales que indican el desgaste o deterioro del disco y las pastillas son:

  • encendido del testigo de señalización (si lo hay, y solo para las pastillas)
    •ruidos durante la frenada
    • presencia de vibraciones
    • presencia de líneas circulares profundas o grietas radiales en la banda de frenado
    • señales de sobrecalentamiento

En determinados casos, también el nivel del líquido de frenos puede facilitar información útil sobre el desgaste de los discos y las pastillas.

Pinzas y componentes hidráulicos

La sustitución de las pinzas de freno y de otros componentes hidráulicos del sistema de frenos (tubos, cilindros del freno, bomba del freno) no se realiza por desgaste debido a la fricción, sino por el deterioro o rotura accidental.

Una experiencia de más de cincuenta años en la fabricación de pinzas de freno para el primer equipo permite a Brembo ofrecer una completa gama de pinzas regeneradas, proceso que constituye una solución alternativa a la sustitución de las pinzas averiadas o deterioradas por piezas nuevas, conservando la misma calidad y seguridad que estas últimas.

El proceso de regeneración de las pinzas establece, de hecho, la aplicación de los mismos rigurosos estándares técnicos previstos para los equipos originales, la limpieza de la pinza y la sustitución de todos los componentes internos desgastados o deteriorados. Todas las pinzas Brembo están revestidas con una capa protectora anticorrosión y sometidas a pruebas funcionales que garantizan su perfecto funcionamiento.

Además de ser adecuadas y fiables, las pinzas de freno Brembo regeneradas representan una elección respetuosa con el medio ambiente, siguiendo las políticas de la empresa que se basan en la reducción del impacto medioambiental, siendo posible en este caso gracias al reciclaje del cuerpo de la pinza.

Disco y pastilla: la pareja perfecta

El uso de un disco de baja calidad, además de poner en peligro la seguridad y la eficacia de la frenada, también causa el deterioro de la pastilla. Y al contrario.

Del mismo modo, si no se sustituye un componente desgastado se provocará un mayor desgaste o deterioro en el otro componente. 
El disco y la pastilla funcionan en simbiosis, por lo que su mantenimiento debe realizarse teniendo en cuenta esta característica.

Es importante recordar que al sustituir los discos de freno se deben cambiar obligatoriamente también las pastillas.

Por el contrario, se pueden sustituir las pastillas sin cambiar los discos de freno, con la condición de que no estén muy desgastados (espesor de la banda de frenado cercana al mínimo previsto).

De hecho, las pastillas se desgastan más rápidamente que los discos. Normalmente, un juego de pastillas dura la mitad de tiempo que un disco.

Siempre es necesario un breve rodaje

Los discos y las pastillas constituyen la parte central del sistema de frenos y su perfecta eficiencia repercute en la seguridad activa del vehículo.

Cuando se sustituyen los discos y las pastillas es necesario realizar un breve periodo de rodaje (de aproximadamente 300 kilómetros). Durante este periodo, hay que realizar frenadas breves y suaves para permitir la alineación correcta de la superficie de las pastillas que está en contacto con el disco. Un rodaje mal realizado podría provocar un desgaste irregular de los componentes y poner en peligro las prestaciones del sistema de frenos.

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De: Luis Hernández

En repetidas ocasiones hemos escuchado la pregunta ¿cuándo usar el freno de mano o de estacionamiento? Y la respuesta es: cada que se estacione el automóvil sin importar que esté en un lugar plano o en una pendiente, inclusive se debe accionar sea un automóvil automático.

 

¿Cuál es la función del freno de mano?

Básicamente, la tarea de este componente es inmovilizar el vehículo. Por esta razón, siempre que el automóvil esté estacionado debe activarse. De no ser así, se corre el riesgo que el auto pueda moverse ante las inclemencias de la naturaleza (huracán, terremoto, tornado) o con cualquier contacto. Por ejemplo, si otro vehículo le pega a nuestro automóvil por la parte trasera, este podrá moverse para adelante o para atrás con riesgo de provocar un accidente o golpear al auto que esté al frente. Con el freno de mano puesto esto podrá evitarse siempre.

 

¿En qué momento no usar el freno de mano?

Nunca hay que olvidar quitar el freno de mano antes de avanzar. Y es que si se conduce un automóvil con el freno de mano puesto, además de provocar un olor a quemado, se desgastará rápidamente el embrague y las zapatas de freno.

Igualmente, no es recomendable usar el freno de mano cuando fallen los frenos hidráulicos, mucho menos cuando la velocidad a la que se vaya sea excesiva. Esto podría provocar que se pierda el control del vehículo y ocasionando un grave accidente.

 

¿Qué mantenimiento se le da al freno de mano?

Sin duda la mejor forma de mantener el freno de mano es utilizándolo únicamente al momento de estar estacionado. En el caso de los automóviles con transmisión automática, cuando dejamos el vehículo estacionado únicamente en la posición de Parking un pequeño gancho se introduce en la salida de la transmisión para inmovilizarla. Si el vehículo está en una superficie plana esta pieza ejerce poca presión, pero cuando si se encuentra en una pendiente todo el peso del vehículo recae sobre el freno y la propia transmisión, por lo que son sometidos a un estrés innecesario. Ante esta situación lo que se recomienda es activar el freno de mano.

Para su accionamiento, el freno de mano cuenta con unos cables que permiten hacer presión sobre los frenos de las ruedas, esto ayuda a que los frenos hidráulicos no se erosionen innecesariamente.

Asimismo, los vehículos con frenos de disco en las ruedas traseras, cuentan con un mecanismo denominado auto ajustador que mantiene las pastillas de freno alienadas evitando así, el desgaste de las mismas.

Es importante mencionar que el freno de mano y el freno hidráulico funcionan bajo mecanismos distintos y que siempre que se intuya que hay algún problema con el frenado del automóvil, hay que acudir a un taller mecánico. Si existe algún sonido molesto al frenar, o siente que la distancia de frenado es más prolongada que de costumbre, probablemente exista un problema con las pastillas de freno.

En conclusión, el freno de mano es un aliado que no siempre es valorado como debería. Si es utilizado de forma correcta, prolongará la vida tanto el automóvil y mecanismos internos del mismo. Asimismo, hay que hacer el hábito de activarlo cada vez que el vehículo esté estacionado. No por nada su nombre correcto es “freno de estacionamiento”.

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Es indiscutible que los frenos son uno de los sistemas de seguridad más importantes (si no el que más) del vehículo y que son imprescindibles para perpetrar nuestra integridad, ya que son el principal medio de protección con el que contamos en la carretera, cuando vamos al volante de un coche.

El sistema de frenos nos ayuda a disminuir la velocidad y a detener el vehículo, por eso, tiene que funcionar con precisión, y nosotros, como conductores debemos asegurarnos de su correcto funcionamiento, preocuparnos de realizar un mantenimiento adecuado de forma regular de todas sus piezas y aprender a adelantarnos a los posibles problemas que puedan surgirnos con el tiempo.

 

Tipos de frenos:

En un coche, podemos encontrarnos básicamente con dos mecanismos de freno: los frenos de tambor y los frenos de disco.

Los frenos de tambor:

Los frenos de tambor son aquellos que vienen ubicados en la propia rueda y se empleaban principalmente en los primeros coches de la historia, hasta que en los años 60 y 70 empezaron a dejarse de emplear en el eje delantero para pasar a ser sustituidos por frenos de disco.

El problema de los frenos de tambor es que tienen una escasa capacidad de refrigeración, por lo que se sobrecalientan fácilmente y tanto su mantenimiento como su montaje son más complejos que en el caso de los frenos de disco. La detención de este tipo de frenos es más súbita y menos progresiva, de hecho requiere de un menor esfuerzo sobre el pedal pero implica un mayor riesgo de blocaje, a pesar de su alta eficacia.

Es cierto también que su desgaste es menor que en el caso de las pastillas de freno, aunque se recomienda comprobar su estado regularmente y cambiar las zapatas cuando su espesor sea inferior a 1,5 mm.

 

Los frenos de disco:

Los frenos de disco pueden ir montados dentro de las ruedas o fuera, colocado sobre cualquier semieje y cuentan con una superficie menor de fricción, pero se refrigeran con mayor eficacia que los frenos de tambor y su frenada es mucho más progresiva y eficaz. El problema de estos discos de freno es que se erosionan con mayor facilidad y que son muy sensibles al polvo y la humedad, así que pueden torcerse, agrietarse y oxidarse. Por eso es muy importante mantenerlos en buen estado y cambiar religiosamente las pastillas de freno cuando su grosor alcance una cifra inferior a los 2mm, ya que unas pastillas de freno en mal estado pueden afectar a la vida útil de los discos.

Las revisiones periódicas y las inspecciones técnicas regulares son vitales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro vehículo en la carretera y es un error tratar de ahorrar dinero en revisiones, sustituciones o reparaciones del sistema de frenado, ya que de él depende directamente nuestra seguridad vial.